jueves, 21 de mayo de 2009

Fin


Me estoy quedando loco. Todo fue muy curioso. Empezó el jueves, fumé un poco y todo se alteró. Fue el mejor y peor viaje que he tenido. Al principio las luces cantaban, visité la creación y vi como era el mundo en realidad. Todo era hermoso. Luego los tacos y el quemón no se llevaron bien y tuve que sacarlos y me quemé la nariz y me quemé la garganta y no sabía ni donde estaba. Luego, aluciné en una jaula y luego ya no sabía que hacer. Regresar a casa. El regreso fue bastante fácil. Temí quedar atrapado en una paradoja del tiempo, donde por más que avanzas nunca llegas a donde quieres. Ya sabes, el miedo a quedarte atrapado en una escalera mientras que entre más subes estás más abajo y si luego decides bajar, estás arriba.


Pero llegué, me dejaron en cama y dormí bastante bien. Al día siguiente todo estaba normal. Bueno, eso hasta que llegué a la oficina. Entonces sentí que estaba dentro de un sueño. Fue el primer momento en que empecé a sentirme así. Era como si estuviera lejos de mí mismo y a la vez en la realidad. Pues así me sentí, escuchaba todo en tiempo real y a la vez es como si estuviera mil años adelante. Total, no fue tan mala la sensación, ni duró lo suficiente para incomodarme.


Posteriormente viajaba de regreso a casa, platicando con mi esposa. Ahí sucedió otra vez, le explicaba como funcionaba el mecanismo de represión según Freud cuando sentí de nuevo que no estaba en la realidad. Como si nada tuviera sentido. Podía ver perfectamente como ella me hablaba y a la vez me sentía como si nada de esto existiera. Nada tenía sentido.


Pensé que se calmaría pero en la noche comencé a sentirme extraño, como si no fuera yo mismo. Estaba solo pero era como si hubiera alguien más. Una oscuridad que entraba por mi piel, que se iba apoderando y hablaba por mí. Pero cuando me acosté todo se había acabado y estaba con ella en mi cama y todo fue tranquilo.


A la mañana desperté como si hubieran machacado mi cuerpo durante toda la noche. Pero no todo terminó ahí. Cada día suceden cosas nuevas. Derepente actúo como el chico de aquella película, que observa los monólogos de los demás y ve cosas y se siente extraño. Luego siento miedo, de las personas en general. Como si una presencia me persiguiera pero no hay nadie en particular. En el trabajo no podía más, a ratos tuve que salir hasta que deje de ir. Me enclaustré en la casa y me las arreglé para que mi esposa no se enterara. De alguna manera logré que no se diera a cuenta a pesar de que a cada momento empeoraba. Tenía miedo, mucho miedo y ansiedad. No sabía que hacer, no sabía para donde hacerme. Me estoy volviendo loco…


Pero creo que ya se acerca el fin… cinco renglones más.

4 comentarios:

Olimpia dijo...

Claro, así terminan los estudiantes de psicológia, qué fumaste? :( no fumes, saludos ! =))

Eco dijo...

Olimpia: Hola

Anónimo dijo...

Si la fumas contrólala
sino rolala!!

Eco dijo...

Anónimo:
¿Y si no la fumo?


Esa gente que cree que sólo la mota causa esos estados...