sábado, 18 de agosto de 2007

Día 2 (Sindrome de Abstinencia)

Desperté temprano nuevamente, una erección se levantaba en las sábanas de mí, nuestra cama, no habiendo nadie, sin tener que dar explicaciones, me levanté directo a la computadora (que seguía encendida) a leer un poco de relatos eróticos. Un par de ellos, que a pesar de su mala calidad terminan excitándome, hacen que encienda un cigarrillo y decida escribir uno propio. Puedo usar mucho material, el erotismo es prácticamente infinito, sin embargo, prefiero recurrir a tu recuerdo, es algo que la verdad me enciende. Recuerdos tengo demasiados, esta vez escogí la ocasión en que logré convencerte de vestirte de gothick lolita y hacerla de femme fatale enfrente de nuestros invitados. Era divertidísimo como fingías la voz, te contoneabas, como D… se te quedaba mirando creyendo que no lo notaba, sobretodo cuando hacías esa peculiar maniobra donde se veían un poquito tus panties debajo de tu minifalda. Perfectamente puedo describir una y otra vez lo que vino después, desde el momento en que todos se fueron, hasta el momento en que hiciste esa mueca específica, que hasta ahora sólo he descubierto en tus orgasmos.

Debo decir que aún después de terminar de hacer el amor con tu recuerdo seguía tremendamente excitado. Al parecer no es lo mismo sin tu cuerpo, a pesar de sólo ser dos días sin ti. Sólo me quedó tratar de concentrarme en otras cosas. Volver a escribir sobre mi historia del chico, intentar corregir tus textos, hacer el desayuno, comerlo, fumar… Para terminar tomando un baño y auto-erotizarme nuevamente con tu recuerdo. Pensar que quería estar solo y sin pensar en ti, pero mi libido siempre ha sido caprichoso y tú, su victima favorita.

Quise salir a la calle, pero no tenía razón para hacerlo. Te llamé, fingiendo la mayor naturalidad posible, sólo para dejarle un mensaje medianamente cachondo a tu contestador automático. Maldito libido me parece que hemos tenido demasiadas discusiones acerca de cuanto odio a mi metabolismo cachondo, lo peor de todo es que esas discusiones la gran mayoría de las veces terminan en la cama, las demás, en lugares más exóticos como la cocina, la bañera, el sofá, el jardín… Pensar que alguna vez odiaste el sexo.

Así pasé todo este segundo día, pensando que sería el que más te extrañaría. Tantas veces que te lo he dicho, el sexo es una cosa peligrosa, pero no lo había sentido hasta estos días de separación. Pensar que faltan muchos otros sólo me hace sentir un poco peor o tal vez sólo sea el no haber salido de casa en dos días. De cualquier manera, tuve que hacerlo una vez más antes de dormir. Seguramente tú estarías burlándote desde tan lejos sabiendo que ya sólo puedo hacerlo pensando en ti.

3 comentarios:

pepsi dijo...

A penas voy en el segundo día y ya se me quitaron las ganas de continuar leyendo. La redacción es buena y la historia mejor, pero definitivamente es la temática que aborrezco y por lo tanto me resulta terriblemente insoportable continuar. ¿Sabes? De vez en cuando me atraen los relatos ligeramente eróticos, pero cuando hablamos de romanticismo enfocado a la pareja incluso me provoca malestar; tal vez porque no tengo una, pero de igual manera no creo que hiciera cambiar mucho las cosas... en fin, comencé a leer por sugerencia y terminé el primer día por curiosidad. He terminado de leer el segundo y he perdido las ganas de seguir... en fin, no ha muerto, tal vez continúe leyendo cuando esté de mejor humor y haya dormido más tiempo antes de leer y escribir.

Eco dijo...

No te apures, bien dicen que no por que empezaste a leer un libro tienes que terminarlo.

Te lo recomendé por que a mucha gente le ha gustado, por que a mí en lo personal me gustó. Además, como secreto a voces te digo que muchas veces escribo de amor, pero si lees entre líneas, me descubres.

Muchas veces parece que estoy enamorado y que me muero por la otra persona, más en realidad se trata de puro egocentrismo.

Que bueno que te gustó la redacción y la historia.

Por ejemplo el Sindrome de abstinencia, para ser que todo lo que me importa es ella. Pero en realidad no se trata de ella, se trata de mí. Ella sólo es el pretexto.

pepsi dijo...

Ohhhhhh :-O