sábado, 18 de agosto de 2007

Te más quiero

Te más quiero, te más amo

Te más sueño, te más lloro

Te más, te más todo.

Cuando por las madrugadas, las luces espectrales entrando por mi ventana, ese extraño sentimiento de seguir dentro del sueño, el sudor corriendo vertiginosamente por mis sienes, el sabor intenso de sed en mi boca y la sensación del frío golpeando mi espalda.

En esos momentos, sólo puedo pensar… te más sueño.

En aquella noche de luna, de luna, de luna llena, en la que legamos a tu casa, a tu casa y de madrugada. Disfrutando de tu sonrisa y yo regalándote las mías; tu recostada en tu cama y yo callado en tu balcón y tu me miras de tal forma que yo creo planes que terminan desvaneciéndose en el aire.

En esos momentos, sólo puedo pensar… te más quiero.

Estamos todos en tu casa, todos sentados placidamente, charlando y disfrutando y todos esperando la llegada de aquél. Tenemos que irnos, todos nos despedimos de ti, y tú, sólo arreglada para él. Me despido y me voy, llorando y sufriendo, sufriendo y llorando, sólo por ti.

En esos momentos sólo puedo pensar… te más lloro.

Y ahora estoy solo, pensando en ti, mis pulmones respiran y mi corazón aun late, y seguirá latiendo, pero no con la misma intensidad, no con la misma intención, con alguna razón, no lo hará: si no estas aquí.

En esos momentos sólo puedo pensar… te más amo.

Y te más pienso y te más amo y te más deseo y te más lloro y te más digo y te más hablo y te más sonrío y te más quiero y te más extraño y te más siento y te más abrazo y te más sueño y te más escucho y te más beso y te más vivo y te más muero y te más… te más todo.

1 comentario:

Espaciolandesa dijo...

Es difícil.

Lo comparo con el rebote de una pelota.

Cada vez rebota menos, hasta que deja de hacerlo.

El te más se convierte en ya no.